domingo, 27 de enero de 2013

CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

     Es verdad, los partidos están en crisis, en crisis de esperanza.
    Sus formas vetustas de relacionarse con la sociedad, ha hecho crisis, y con ello amenaza a la misma democracia. Si los partidos no están insertos en la sociedad, se convierten en partidos "aéreos", algunos solo mediáticos. Muchos ni eso. 
    Es una crisis existencial, pero que no atañe a los partidos, sino a  la misma democracia,  a sus raíces más profundas. Se han convertido en lechos muertos, sin oxígeno, corrientes de vida que por ellos naveguen o transiten. 
    Solo quedan los partidos electoreros. Su práctica es sólo electoral, viven solo para lo electoral. De esta manera sus raíces se van desprendiendo de los problemas sociales de la gente, de sus luchas concretas y cotidianas. 
    Es más, y por esta razón, son partidos que han perdido toda vocación de transformación de sí mismo, y más aún, han sido erosionados de tal manera, que ya dejaron de perseguir la transformación de la sociedad desde la sociedad misma. Solo buscan el poder que da unas elecciones, pero el poder que viene desde la sociedad y que está en la sociedad misma, adormilada, solo en potencia, casi lo desprecian. 
      Y por esta múltiple razones, los partidos son refractarios al cambio, son aguas empozadas de la rutina y el hábito (el mal hábito), que educa a sus miembros para el envilecimiento más degradante: viven solo para el poder del Estado. Devienen en órganos clientelares, aprovechadores del dinero del Estado de mala manera. 
     Si a un partido tradicional llega un idealista, la maquinaria del mal hábito lo convierten en poco tiempo en un bagazo. La práctica que allí ve, la atmósfera que por ósmoris respira, le va quitando vida al alma de los sueños. 
    Lo peor es ver a un hombre que no tiene el poder envilecido por el deseo de tenerlo o conquistarlo. Cuando lo llega a tener, pobre país o patria. 
     Cuando mueren los sueños, el idealismo, el ser humano deja de serlo, para convertirse en mueca. 
    Lamentablemente, en esto convierten los partidos a sus militantes, en mueca de un ser humano. Solo quieren el poder, lo demás no importa... Bueno, lo que da el poder: dinero, prebendas. 
     De ahí entonces, que no es extraño que gobiernen unas criaturas sin alma, divorciadas del sentimiento de la sociedad, porque su práctica como militante estuvo divorciada de ese sentimiento antes de acceder al poder. 
     Dime que es lo practicas, y te diré en qué te convertirás cuando llegues al poder. 
     Es necesario el rediseño de los partidos, hoy anclados en el vicio del clientelismo electoral, para reconvertirlos en organizaciones con vida de la sociedad que dicen representar, palpitantes de sus problemas, necesidades y sueños por una vida mejor. Por la mejor utopía. 
       

IDEAS PARA DEBATIR

      Cuando tenemos certezas, el miedo se agranda a que nos rebatan. Sin embargo, si leemos la historia de las ideas, debemos presumir que las ideas que hoy nos jalonan, mañana serán distintas, o remozadas bajo nuevas experiencias. 
      El miedo a debatir viene de cierta ingenuidad o inseguridad, de que otras ideas nos invadan, contra nuestra fe. Hay certezas con pies de barro, otra no, han tenido un tránsito largo en que muchas veces nacieron como pequeños cauces y que hoy ya sentimos que son otros cauces, mudados de piel, o tienen otro destino. 
      La agresión que proferimos ante una crítica, sana o malsana, revela esos miedos, y la creencia de que las ideas que tenemos son sagradas. 
      Confundimos lo sagrado; podemos amar algo o alguien, más las ideas que tenemos de ello, no pueden ser sagradas. Las ideas son para debatir, para que salgan al ruedo del debate y la batalla. Los que no quiere que esas ideas muerdan el polvo del debate, no las saque  a la calle. Manténgalas clandestinas. 
      Se supone que si alguien saca al "mercado!" del debate unas ideas, es porque han sido pensadas con cierto detenimiento, así las ideas sean de otros. 
     Si no quiere morir, no vaya a la guerra. De ahí entonces, se impone la compostura y la ecuanimidad si las ideas que profesamos, son sometidas a los mayores escarnios. Deberían estar puestas en la calle, es para eso, para el debate. 
     Si son sagradas, no las saque a la calle, donde cualquiera le podrá dar una patada, por simple indiferencia o mal propósito. 
      Hay quienes, entonces, que quieren que sus ideas sean "comercializadas" en la discusión pública, pero que no están dispuestos a sufrir las afrentas de sus competidores. 
     Precisamente de eso, en estos tiempos borrascosos, es de que carecemos, de conciencia. 
    Hemos vuelto a la Edad Media, y las hogueras están dispuestas para traidores y herejes. 
      Tenemos que revertir esto, la primera base para que resurja una democracia efectiva, donde las ideas no sean quemadas en ciertos lugares públicos, porque son eso nada más: ideas para debatir. 
     Si usted no está de acuerdo conmigo, ya nos une algo, este desacuerdo. 

miércoles, 23 de enero de 2013

¿Cuál espíritu del 23 de enero, celebrar?

     “Cambiar y evolucionar no son procesos agradables para ninguna especie”, Joe Dispensa



Oficialismo, es decir, partido de gobierno, Psuv, convocó una marcha en conmemoración del 23 de enero, fecha en que en Venezuela se conmemora la caída de la dictadura de Marco Pérez Jiménez, ocurrido en 1958. 
     La Oposición que había convocado una marcha para este día, se achica y lo celebra con una concentración en el Parque Miranda, para no provocar a la contra-marcha del oficialismo.
         En el discurso de Ramón Guillermo Aveledo, coordinador de la MUD (Mesa de Unidad Democráctica), llama al espíritu del "23 de enero" de 1958 para restablecer la Unidad Nacional. 
    Por su parte, el discurso del oficialismo se centra en que el pacto de Puntofijo traicionó el espíritu del 23 de Enero.
     Dos discursos, dos medias verdades enfrentadas.
   La verdad es que sí hubo unidad de las fuerzas que combatían contra la dictadura de Marco Pérez Jiménez. Por lo tanto, el espíritu del 23 de enero, es de Unidad Nacional. Pero también es de lucha, de esperanza contra el oprobio y la injusticia. 
         Debemos decir que al respecto, el discurso del oficialismo tiene una media verdad, las fuerzas que tomaron el poder a partir de 1958 traicionaron los intereses del pueblo y de la patria, cuando gobernaron por más de cuarenta años de espalda a los mejores intereses nacionales, hasta el punto que en 1998 el pueblo desilusionado y decepcionado, tomó el sendero de acompañar las banderas del Presidente Hugo Chávez Frías, y en las urnas le dio un clamoroso triunfo. 
    Pero aquellas banderas que levantó Chávez en 1998 están a media asta, las banderas contra la corrupción, por ejemplo, han sido arrastradas por el gobierno "bolivariano". Hoy más que nunca la lucha contra la corrupción está más vigentes que nunca. 
     Deben venir cambios, pero no cambios hacia atrás. No puede ser que otra vez el poder vuelva a manos de aquellos agentes que de alguna manera son los albaceas de quienes gobernaron por más de 40 años. Ellos, y en ese sentido, es verdad lo que dice el oficialismo, que traicionaron al pueblo, a sus intereses más genuinos. 
         Pero después de 14 años, el país quiere cambio, un cambio radical, un cambio de pensar y sentir de quienes gobiernan, un cambio de mentalidad. Ya basta que hoy todavía la confrontación sea entre capitalismo y socialismo, dos pensamientos que han fracasado en la manera de gobernar el mundo. 
    Debe venir otro enfoque. Proclamamos el pensamiento crístico, el camino que el  Maestro enseñó como manera de manejar y dirigir lo público, sin sectarismo y con una actitud de hallar la verdad, y de proclamarla por encima de los estrechos intereses partidistas. La verdad como manera de implementar las políticas públicas y de gobernar. 
    La regeneración del pensar político traerá los cambios que ni el socialismo ni el capitalismo por sí mismos no han traído, es necesario rehacer estos pensamientos vetustos y re-fundarlos para buscar dos bienes esenciales para la sociedad: libertad y justicia, desarrollo con justicia. 
         La verdad, para que una, o dos ideologías, no nos desunan. Ideologías, por cierta, muy viejas, y que ya deberían dejar paso a nuevas manera de pensar y de entender y sentir la política.
      ¡Viva el espíritu del 23 de enero de 1958! ¡No a la mentira! ¡No a las medias verdades! Sí, a la verdad. 
     Aún resuenan en los oídos de la patria, que quiere insurgir, el llamado de Simón Bolívar, unidad para ir al combate por una patria grande. Bolívar no ha bajado tranquilo al sepulcro, aún seguimos teniendo una patria pequeña y dividida.  
    Esas banderas tenemos que retomarlas y emprender nuevo rumbo. 
         El cambio no pueden ser dádivas de nadie, ni lo va a ser. Sólo la lucha y el combate lo conseguirán, el combate por el camino de la sabiduría que derrote las vías tradicionales de lograrlo: la violencia, el odio, el sectarismo.
Con conciencia lo haremos posible.

@PedroAranguren

@ConcienciaPais


domingo, 24 de junio de 2012

UNASUR o el sindicato de presidentes




@pedroaranguren

@ConcienciaPais



Ahora la disputa es por Paraguay, por la destitución del presidente Fernando Lugo.

Para algunos, un presidente es inamovible. Los de UNASUR hacen causa común con Lugo, están diciendo, mandando un mensaje a los cuatro vientos de cada uno de sus países, que el presidente no puede ser destituido por el Congreso. Hablan de “golpe parlamentario” para satanizar la destitución del presidente paraguayo.

De hecho, por vía de la declaración, los presidentes de UNASUR están reformando el concepto clásico de democracia, es decir, la posibilidad de que un presidente sea controlado por el Congreso. Apelan al concepto de que como fue elegido por el pueblo no lo pueden destituir los representantes de ese mismo pueblo, solo procedería revocarle su mandato, vía de la consulta a la soberanía popular.

Tiempos nuevos estamos viendo. Ver a Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia y Venezuela, en eso, es demostración palpable que los tiempos se están mudando de hábitat.

Parece un sueño, no lo es. O una pesadilla.

Pero lo cierto es que son otros tiempos. Un sindicato de presidentes se instala en UNASUR, tarea: defender a los presidentes de cualquier destitución, parece instalarse allí una cofradía. Velan por ellos, por su poder.

Además, lo hacen muy eficazmente, al unísono, lanzando la campaña mediática: golpe de estado, gritan a los cuatros vientos, y su eco pretende yuxtaponerse a la realidad misma.

Hay que detenerse a observar y escrutar esta manera de hacer política que los presidentes están aplicando para favorecer a sus pares y a ellos mismos, sobre todo.

No dejan nada al azar, defienden cada posición con los dientes, utilizando la mejor inventiva para ello, la del socorrido golpe de estado para abrir el paraguas de la victimización, tal eficaz en América Latina, tierra de tantos desafueros.

En esta treta de la comunicación, el “sindicato de presidentes” no están descaminados, saben que la audiencia es grande para quienes pintan su cara con la victimización de un golpe de estado. No quieren ganar, solo se conforman con empatar, crear sensaciones en los suyos, legitimarse ante sus electores. Lo demás es “monte y culebra”.

La política es un invento abierto a la imaginación más fértil, de jugar cartas trucadas, de saberlas jugar. La realidad es plastilina para configurar las realidades que más convengan.

¿Y la verdad en todo esto?

Poco importad, cada cual tiene su verdad, la fabrica a su conveniencia.

Los ríos de América Latina son insondables, son un misterio, el Magdalena, el Amazonas, el Orinoco, Río de la Plata, el Río Paraguay..., así como la política por estas latitudes, es un cuero seco, se está siempre revolviendo como las entrañas de los ríos.

¿Hacia donde nos llevará?

Prefiguro que estos cambios en la neurolenguistica de la política de América Latina, son apenas el anuncio de más cambios, que apenas estos son pinceladas de otros que vendrán, que ya veo galopantes en el horizonte brumoso de nuestro firmamento.

Son cambios en la visión de la política que traerán aparejado otros artificios que abrirán otras puertas a un “nuevo mundo”.

Estimo que son, por tanto, transiciones, hitos trascendentes de lo que vendrá.

Muchos- el sindicato de presidentes (UNASUR) creerán en vano guardar el poder bajo llave. En vano, porque cuando los tiempos llegan, la misma caja fuerte donde se guarda con celo el poder, rueda pendiente abajo.

Son niños creyendo levantar en la arena, castillos.

sábado, 23 de junio de 2012

¿Qué es un abogado?


@pedroaranguren

@ConcienciaPais



Es un gladiador, pero para ser más preciso, un abogado es un “mercenario” de la justicia, le pagan para que busque y halle justicia a favor de alguien.

No es baladí esta tarea, el hecho que le paguen no desmerita el trabajo que hace un gladiador si lo hace “honradamente”, es decir, si cumple fielmente su promesa de batirse en la arena con lealtad a favor de su “cliente”.

Y si lo hace bravamente, poniendo lo mejor de sí, de su experiencia, conocimiento y sabiduría.

Un abogado es un luchador, se curte en la lucha y lo más preciado de él lo pone al servicio de los demás. Lucha, coraje y lealtad, son sus dones más preciados.

Un abogado no puede claudicar nunca.

Pero ser abogado es más que eso, es un arte, es un don que el espíritu en roce permanente con la espada, va dotando al favorecido con ese arte tan personal que lo distingue de otros.

Su oficio es un batirse por otro, es entrar en la “arena” de la batalla por otros, que necesita que se le haga justicia.

Es sagrado este arte, este oficio.

Un abogado es un “técnico” también, su habilidad para manejar leyes y procesos lo hace un “picapleitos”, un sofista del derecho.

Pero no se puede ejercer el derecho sin tomarlo muy en serio, la vida de los demás depende de sus conocimientos, habilidades y estrategias, y de que se comprometa hasta el fondo con una causa.

Un abogado es un “apagafuegos”, vive de emergencia en emergencia, tiene que correr y tratar de apagar el fuego rápido. Tiene que ser por eso, un especialista porque cuando entra en “quirófano” a veces no tiene mucho tiempo de estudiar un caso, debe hacerlo a vuelo de pájaro y no equivocarse, acertar.

Tiene muchas veces que jugarse el todo por el todo, y saber jugársela con una sonrisa en los labios en lances que son a muerte.

Tiene que tener un espíritu elevado para aguantar estar en las “sogas” en la mayoría de los combates, tal Muhamad Ali, sin que su espíritu sufra el desgaste por el resentimiento normal que produce recibir toda clase de golpes bajos o ilícitos.

Necesita un espíritu elevado para que no se le moje la mecha de su espíritu combativo, para que le siga gustando subirse a un ring como la primera vez, con espíritu entusiasta.

Son muchos lados el que debe tener el espíritu de un buen abogado.

Un abogado es como el practicante de arte marcial, no tiene que hacer mucho ruido en combate, entrar en trance, dejarlo todo al espíritu, dejar que este mida cada golpe que es necesario dar y los que debe evitar. Abarcarlo todo con la mirada profunda del espíritu.

Un abogado es un caminante, un nómada, termina una batalla y ya va tras otras. Nunca envaina su espada, nunca está en verdadero reposo, su mente siempre anda jugando en tableros de ajedrez imaginarios; es el arte de su ejercicio laborioso de preparar sus ataques y defensas.

Es difícil decir lo que es un abogado, porque en su interior se baten muchas fuerzas que se atemperan solo cuando entra en batalla y baja al patio de los leones. Allí no está solo, en su alma bate el deseo ardiente de batirse contra el mundo si es preciso, para hacer justicia.

Me gusta este oficio, donde se entrecruzan vías y caminos que van entre ser realista, para medir bien el terreno que se pisa, y ser idealista, para saber tirar la mirada hacia las cimas que se desean conquistar, en las que se podrán, si los vientos son favorables y la sabiduría es propicia, la enseña de la justicia.

Razón y pasión al servicio de una causa, es muy hermoso ser abogado.

Y cuando se hace triunfar la justicia, se hace patria.

Es un reto, son tiempos de hacer patria.

Fuerza y Poder!!!




jueves, 31 de diciembre de 2009

Feliz año para una nueva patria

Está pasando hoy de boca en boca, un deseo, el deseo de un feliz año 2010. Me gusta, hay en el ser humano un hálito de inconformidad, con una realidad que le es adversa, muy grande. Deseamos que las cosas mejoren, que cambien; tal vez es el deseo más acendrado en el hombre, antropológico, por siempre, querer vivir en un mundo mejor.
Impulsado por este deseo, ha echado mano de diversas ideologías, sistemas de creencias, para procurarse un mejor destino. Hasta ahora han fallado. La última gran panacea que el hombre inventó para ello, obra de ese gigante del pensamiento, Marx, fue el socialismo. Despertó una fuerte emoción en el mundo, muchos seguidores tuvo esa bandera, y con razón, era pintada como la bandera de un nuevo mundo, sin injusticias, sin explotación. Paradójicamente, en la práctica, bajo la bota de Stalin, signicó lo contrario de lo que profesaba, una de las formas de opresión más grandes de la que han existido sobre la faz de la tierra. No otra cosa ha significado en la práctica el socialismo cubano, una forma de opresión, con el cuidado de presentarse ante el pueblo de ese país y el mundo como liberación. 
El socialismo ha sido el gran fraude a la humanidad y para quienes, sensibles ante un mundo de atroz injusticia, quieren ponerse a favor de la bandera de la liberación y la justicia.
Pero, fraude aparte, la humanidad está henchida de un deseo de liberación y de justicia muy grande. Ni las religiones han podido suministrar las herramientas para hacer posible, aquí y ahora, en este mundo, ese mundo de justicia. Lo han remitido a ese otro mundo que no conocemos, el mundo del más allá.
Pero la humanidad quiere, necesita, vivir un mundo mejor.
Tengo una mala y buena noticia al respecto. Es imposible que el hombre pueda, por sí mismo, darse ese soñado mejor destino. Solamente esto será posible con la intervención de Dios, nadie lo puede hacer, ninguna ideología ni religión lo puede materializar, porque esta tarea, tan vasta e infinita, puede ser cmplida por quien el Poder para hacerla posible, Dios. Por nadie más, el que lo intente por sí mismo, es un impostor. Por eso, la promesa que hace el socialismo de construir un mundo mejor, sin el poder para poderla materializar, es una impostura. Por supuesto, tampoco la puede cumplir el neoliberalismo.
La buena noticia es que para estos tiempos Dios derramará su poder para que este sueño sea cumplido, bajo su égida, de que el hombre pruebe, mastique, su justicia. No será obra humana, aunque lo humano sea instrumento para ello.
Muchos piensan que la fe excluye el denodado esfuerzo humano. Al contrario, quien cree y tiene claro que mañana se construirá un mejor porvenir, lucha con todas las fuerzas para hacerlo posible.
Quienes creemos que Venezuela será la cuna de una nueva civilización, extramos los esfuerzos en esa dirección,  porque no tenemos dudas de ello. El  miedo y la duda, a nivel espiritual, son dos causas que hacer mermar la capacidad humana en pro de un futuro mejor.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

La fe comenzará a mover montañas

Después de un largo receso, continúo.
Estamos en la misma onda, hemos estado en la misma lucha, no hemos aflojado el ritmo ni el norte que nos hemos propuesto. Confieso, sin embargo, que no ha sido fácil. Es una época particularmente turbulenta a nivel espiritual, sobre todo a nivel espiritual, también en los ámbitos políticos, económicos y sociales, pero como reflejo del primero.  Unas nuevas formas de humanidad pujan, desde muy adentro, por salir.
Hasta ahora se ha impuesto el más fuerte, entiéndanse el menos inescrupoloso, el que ha estado dispuesto a emplear todas las armas contra el enemigo,  y en fecto, las aplicado sin remordimiento alguno, para conseguir el "éxito". El éxito ha sido la destrucción y el aniquilamiento del otro, para aprovechar el poder al máximo en beneficio propio y del grupo que lo ostenta.
No ha habido justicia, no ha habido justicia en la tierra. Esto está por revertirse, esta es la gran obra que se pondrá en marcha. El Cristo viviente vendrá a la tierra, en Espíritu, encarnado, protegido por las huestes celestiales, por los Hermanos superiores, para dar la gran batalla. Dos ejércitos se alinearán, el de la tierra, armado hasta los dientes con todas las armas convencionales, y los que encarnan el arma de la fe, los que estarán en comunicación y asistidos por Dios.
Hasta ahora la fe para la humanidad es una palabra hueca, que goza solo de buena reputación en las salas de algunas religiones, pero que no es empleada por quienes son gladiadores de la batalla política por una vida de justicia.
Nadie cree en verdad en la justicia, es utilizada como parodia. Todos se enjuagan la boca con ella, más, no la pueden aplicar. No podrá haber justicia jamás sin Dios. Estos momentos que vienen serán cumbres, se verá la justicia de Dios en acción. Pasaremos a una nueva era, pero se parirá en medio de una gran y larga batalla. Venezuela será la cuna de esa nueva civilización, una nueva civilización guiada por el amor y la misericordia del Cristo viviente, que viene a imponer su paz y su justicia, doctrina que fue prescrita a la humanidad, pero que nadie la cumple, por cuya causa Él fue sacrificado. Ahora, Él viene vencedor, y viene a volver bocabajo todo, todo lo que se ha edificado sin Dios será echado abajo; todos los Poderes del mundo se trastocarán, se volverán añicos. A los grandes se le rebajará el copete, caerán y con ellos, su soberbia y su autoengrandecimiento.
No será fácil esta etapa, es una etapa de grandes contrastes, de grandes desfallecimientos y estremecimientos. Pero se accederá, más temprano que tarde, a una nueva civilización, a una civilización del amor, guiada por la Espada de fuego de Cristo. No será una era religiosa, sino espiritual, en que todos los que son, se sentirán hermanados, por encima de religiones y partidos.
Esta etapa comenzará en Venezuela, este país será liberado de las fuerzas destructivas que la han poseído. Nadie podrá contra estas fuerzas, nadie, excepto la Fuerza y Poder de Dios. Todo aquél que enfrente a estas fuerzas del mal, será barrido, agujereado, hecho trizas. Pelear contra el Mal con las solas manos, no servirá de nada.
Será una batalla digna del comienzo del Apocalipsis,  una etapa en que una humanidad muere, para que nazca otra. Será el renacimiento de la humanidad, de una parte importante de ella, que será guiada por la Luz del Señor de Señores, el Cristo Vencedor.
Será la inauguración de una Era donde por fin pueda converger abundancia y justicia. Esto no lo hará el hombre; será Dios que encarnará en la conciencia del hombre, para que tense todos sus fuerzas interiores y exteriores para producir un gran Milagro. Esto comenzará por Venezuela.
Venezuela será liberada, y será una antorcha de luz ante el mundo, la cuna de un nuevo Imperio, el imperio del amor y la justicia.
No serán fáciles, por tanto, los tiempos por venir, serán de grandes batallas.
Preparémonos para ello, nos estamos preparando desde hace mucho tiempo. Con la fuerza del amor Venceremos.